sábado, 19 de enero de 2013

VIERNES DE ANTICRISTOS

Como han cambiado los viernes joder. Ayer noche me apoltroné en el confortable salón de mi casa. Fuera hacía un viento desapacible y esa era la situación que buscaba. Quería una noche tranquila. Lié un cigarro de la risa y encendí la tv.
Me relajaba inoportunamente cuando del canal Cuatro surgió algo que cambió mi noche. Cuatro es la misma cadena que emitía Super Nanny ¿Lo recuerdan?; Padres rotos que no podían gobernar sus hogares. Llegaba la supernanny y en cuatro rápidos movimientos, dominaba el motín de los peligrosos niños. Vale, pero eso era supernanny, lo que vi ayer viernes fue mucho violento en todos los sentidos. Cuatro sigue con el tema de las guerras civiles familiares, de la doma de la progenie, aunque ahora han pasado a la caza mayor.

El programa que anoche se esparció por mi salón, lo hizo con esta propuesta:

El protagonista era un anticristo. Una criatura obtusa, surgida de alguna cavidad de la tierra, carente de toda sensibilidad, inteligencia o habilidad. El anticristo contaba con 20 años de tránsito por el mundo (dado su evidente retardo cerebral, sólo medianamente aprovechados en la búsqueda del mal) Y estaba afincado, creo, en La Cañada (Almería, southern Spain).
Pues bien, el anticristo había instaurado un sistema de terror en la casa de sus padres. Estos se veían permanentemente vejados por el hijo, que había convertido la existencia de esas pobres y débiles almas que le dieron la vida, en una constante sucesión de collejas, bofetones, gritos e  insultos. Obtenía a cambio un holgado, casi lujoso sustento: No le faltaba ni dinero, ni ropa, ni la comida que él eligiera casi a la carta. Los padres, en un alarde de pedagogía avanzada, le habían comprado un BMW....

En el calor de mi hogar, sentí lo que uno siente antes de soltarle un puño a alguien. Tenía temblores. Y de verdad deseaba mucho pegar a esa persona que estaba en la tv.

Surgía un nuevo enfrentamiento: El anticristo pegaba al padre porque éste no le daba pasta para pagar el seguro del BMW y para salir con los colegas. El padre sostenía su postura de no pagar pese a las collejas e insultos que esto le deparaba. La madre era interrogada por el prestigioso equipo de psicólogos del programa: "Y, ¿desde cuándo les da problemas Pedro José?. - Pues, eeem, más o menos desde que empezó a andar..."

El macarra cutre obligaba ya a su paciente padre a encajar algún que otro puñetazo. El programa seguía mostrándome cuán horrible era la vida de esta familia. Día a día, el anticristo les deseaba la muerte de viva voz, rompía paredes, muebles, ropas... Los padres tenían en casa a un cretino rural de primera magnitud....El violento retardado manifestaba entre espumarajos que  él "quería ser narcotraficante" y reaccionaba con violencia a las primeras amonestaciones del presentador-domador (un tipo enorme al que la dirección del programa debería permitir soltar las preceptivas ostias)

Así estaban las cosas y yo, indignadísimo, me despojé de la bata y me puse en pie frente a la tv.

El guión del programa mandó empezar -al fin- con la doma del cretino. Se conmina a éste a explicar sus razones. Él menciona entonces la existencia de una mujer de la que estuvo enamorado y a la que perdió por culpa de su madre. La cámara enfoca entonces a ésta que declara segura: "Esa niña te tenía con más cuennos que un saco caracoles". El anticristo se avalanza hacia la madre soltando de nuevo espumarajos, pero es retenido por el presentador-domador. El equipo de psicólogos no da crédito a la historia del anticristo enamorado. Dan más bien paso a una segunda fase de tratamiento. El anticristo se ve entonces zarandeado por distintos terapeutas que le dan el toque de gracia a su endeble estabilidad. Le presentan videos de los que él cree sus amigos. Videos en los que unánimemente estos cuentan cuán imbécil piensan que es. Esto, claro, rompe definitivamente la resistencia del botarate. Bueno, esto y las sustancias calmantes que deben administrarle por kilos en la bebida. Así, poco a poco, el anticristo se va convirtiendo en un dócil y amable joven que, en el fondo, ama y respeta a sus padres.

Yo paseaba por delante de la pantalla como un león enjaulado. No me importaban los evidentes signos de mejora del anticristo. No me los creía. Seguía con muchísimas ganas de atizarle, aunque la calma había vuelto a la tv. Todo parecía ya arreglado. El domador-presentador del programa se alejaba de la familia que se abrazaba entre si y le decía adiós. El anticristo había jurado comportarse bien. Deshecho en lágrimas, prometía solemnemente querer y respetar a sus padres, cortarse el pelo, dejar algunas de las drogas que consumía y buscarse un trabajo.

La desconfianza preside desde entonces mi hogar. Estoy seguro de que, tras la desaparición del presentador-domador del programa, los ojos del anticristo se han vuelto a poner rojos. Que de nuevo ríe diabólicamente entre nubes de azufre. Que esos pobres padres NO están a salvo.
Aún me estremezco al recordar como la valiente psicóloga del programa se encerraba con él en habitaciones para desarrollar sus impactantes terapias. Y lo hacia sin que al anticristo le hubieran puesto siquiera un bozal.... qué bravura la de la psicóloga....

Así de implicado en el tema me han dejado los cabrones de Cuatro. Estoy intranquilo por la seguridad de que aquello se ha cerrado en falso. Esta mañana aún estoy tenso. Creo que voy a esperar un tiempo y, crucifijo en mano,  pasarme por La Cañada (Almería, southern Spain) y comprobar in situ si el retardado anticristo sigue por allí.

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